“De María Celestina González, “Tina”, durante mucho tiempo tampoco se supo mucho. Su desaparición era un tema del que no se hablaba mucho en Los Pereyra, departamento de Cruz Alta, donde la secuestraron el 23 de noviembre de 1976. Llegó a decirse que había sido secuestrada por organizaciones guerrilleras. Tina era maestra de escuela primaria, y estudiante de la Facultad de Filosofía Y Letras de la Universidad de Tucumán. Militaba junto a otros integrantes de su familia en el Partido Comunista.
Ese día, como todos los demás, estaba dando clases en la Escuela Nacional N° 225 de ese pueblo tucumano. Al terminar la jornada, se fue al despacho del juez de Paz Crisóstomo Llano, que cada tarde la alcanzaba en su auto hasta la casa, en Empalme Ranchillos. Mientras lo esperaba, seis hombres de civil, que se movían en un Fiat 600 y en un Ami-8, se la llevaron y dejaron a los ocupantes del juzgado encerrados con candado. La llevaron al Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde estuvo secuestrada al menos hasta febrero de 1977. En esa época, el sobreviviente Juan Martín la vio con vida por última vez.
Arturo Lescano era santiagueño. Fue detenido por primera vez en noviembre de 1974 en la DIP, estubo 14 días detenido y fue torturado. Una semana después gente de civil identificandose como agentes de la Policía Federal le piden que se presente ante la delegación para dejar sus huellas dactilares. Arturo decide esconderse, pero mantiene contacto telefónico con su familia hasta abril de 1976.
Posteriormente la madre de Arturo recibió una llamada telefónica anónima diciendo que su hijo habría sido detenido en Tucumán, en un operativo policial. Por tal motivo viajo a Tucumán e intentó infructuosamente averiguar algo sobre el particular en la 5a. Brigada de Infantería y Jefatura de Policía (en ambos casos se le dijo que allí no estaba detenido Arturo Alberto Lescano). Tiempo después, el 15 de abril de 1978, el diario “El Liberal” de Santiago del Estero, publica una información sobre “una nueva lista de detenidos liberados, emanada del Ministerio del Interior, en la que figuraba su hijo. Ante ello, telegrafió al titular de dicha cartera pidiéndole que comunicase a su hijo que sus familiares iban en su busca a la Capital Federal. Llegada a ella se hizo presente en el Ministerio del Interior, donde un capitán “que dijo llamarse Jorge Fernández” le manifestó que en ningún momento su hijo había estado detenido a disposición del PEN y, consecuentemente, carecía de toda noticia sobre el particular. Al indicarle la dicente cómo era posible que las publicaciones periodísticas fueran coincidentes en lo que hace a la nómina de liberados (la lista en cuestión también la habrían publicado diarios de la Capital Federal) y que, por el contrario él (el militar) dijese todo lo opuesto, el mismo respondió que “nada más podía informarle”. Nunca más la familia tuvo noticias sobre Arturo.
Sus restos fueron exhumados de una fosa común en el Pozo de Vargas, ubicado Lomas de Tafí Provincia de San Miguel de Tucumán junto a otros 5 cuerpos e identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en julio del 2013
datos personales
Fecha de nacimiento 10/11/1942
Embarazada 1 mes
Artículos periodísticos
El Patagónico “Se identificaron 20 cuerpos de víctimas de la dictadura” – 05/01/2014+
“Nélida Alarcón tenía 26 años y estaba embarazada cuando los militares le arrebataron toda su familia. Fue el 26 de febrero de 1977, al mediodía, cuando sus padres, hermanos y hermanas, su cuñada, y sobrinos fueron secuestrados en la casa de El Corte, en Yerba Buena, donde vivió desde su infancia. Desde ese día, con sus 65 años a cuestas, no tiene consuelo.
DocumentoTV.com estuvo en la casa de Nélida, quien junto a su esposo Juan Roldán, de 67 años, revivió ese día negro en el que perdió a toda su familia. Ese 26 de febrero también fueron secuestrados sus dos hijos de 6 y 7 años, otros dos sobrinos, de 4 y 5 años, y una niña de 7 años que estaba de visita en la casa, pero al pasar las horas los menores fueron entregados a los Alarcón por personal de la seccional II de la Policía de Tucumán.
Desesperado por saber de toda la familia desaparecida, Juan Roldán fue hasta la vivienda de El Corte, donde fue secuestrado y luego torturado. “Ellos sabían que era militante y me sacaron los dientes de una patada. Nunca vamos a negar nuestros orígenes de militantes. Yo en el PRT-ERP y los Alarcón en el peronismo. Si bien ellos trabajaban de sus oficios, tenían un compromiso con los de menos recursos”, contó Roldán, quien pudo sobrevivir –dice él- gracias a la naturaleza. “Después de tres meses de detenido me liberan en la calle Corrientes al 3.000, me tiran a mí y a otras personas, fue una ráfaga de ametralladora. Caí en una zanja, gracias a la naturaleza estoy vivo. Me levanté como pude y una señora me ayudó a orientarme para volver”, relató al referirse al momento en que pudo escaparle a la muerte.
“Lo primero -siguió Roldán su relato- que supimos es que fueron llevados a Jefatura de Policía. Juan Martín Martín (testigo en la causa) dijo que llegó (Roberto “El Tuerto”, ex policía) Albornoz diciendo que habían secuestrado a la familia Alarcón. Después los trasladaron a Arsenales, desde allí perdimos todo contacto”.
Nélida volvió a saber de ellos cuando recuperó los cuerpos de su padre y sus dos hermanos, el 12 de julio de 2012, pero aún espera por los de su madre, sus dos hermanas, su cuñada y su sobrina.
Avelino Alarcón, su padre, de 65 años, y sus hermanos, Miguel y Hugo, de 29 y 28 años, figuran en la lista de los 12 cuerpos identificados en el histórico hallazgo de los restos humanos que fueron enterrados en las fosas comunes de inhumación del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención y Exterminio más grande del norte argentino durante la última dictadura militar.
“El hallazgo de los cuerpos en ex Arsenales es lo mejor que pasó en esta historia porque no quedaron en el vacío las palabras de la gente que reclamó por sus seres queridos. Las pruebas están: son cadáveres recuperados. No fue una guerra, hubo secuestro, tortura y desaparición de personas. No querían dejar rastros de la familia Alarcón, como de tantas otras”, señaló Roldán.
Ahora, Nélida y Juan (querellante), esperan el momento en que la causa llegue a juicio oral y público y la Justicia Federal juzgue a los responsables de los delitos de lesa humanidad que se cometieron contra la familia Alarcón, y no pierden las esperanzas de que los peritos forenses encuentren los cuerpos de las cuatro mujeres y la mejor de la familia que aún siguen desaparecidas.
El Dr. fue Presidente del H. Senado de Tucumán y Vicegobernador de esta provincia.
El 7 de diciembre de 1976, se dictó el Decreto N° 3197 por el cual se lo puso a disposición del Poder Ejecutivo Nacional; pero, según nota N° 443/78 del Ministerio del Interior, nunca fue detenido.
Sin embargo, su esposa informa que el 17 de diciembre de 1976, diez días después de firmado el decreto que ordena su detención, fue secuestrado por fuerzas de seguridad en su estudio jurídico, y llevado con su propio automóvil.
El mismo día se presentaron recursos de hábeas corpus ante la Justicia Provincial y Federal, siendo ambos rechazados porque de los informes recibidos surge que no se encuentra detenido. Es más, sin que medie ninguna explicación que justifique el cambio de la decisión anterior, el día 24 de diciembre de 1977 se dicta el Decreto N° 3723, por el cual se deja sin efecto la orden de su detención.
Los trámites, tanto administrativos como judiciales, realizados para establecer el paradero del Dr. Dardo Francisco Molina hasta el presente no han resultado positivo.
Fue visto en el C.C.D. Jefatura de Policía de Tucumán el 1/5/77.
Fue visto en el CCC Arsenal M. de Azcuénaga por la Sra. Matilde Palmieri de Cerviño, según su declaración de esta ante la Comision Bicameral de Tucumán.
Relata que la noche del 11 al 12 de Marzo de 1.977 entro en el CCD el indicado Senador, quien debió ser llevado en volandas debido al mal estado fisico que presentaba debido a la tortura.