BERISSO- Los restos mortales de Patricia Dillon, secuestrada y desaparecida durante la última dictadura militar, serán inhumados hoy en el cementerio local.
La ceremonia se llevará a cabo en el Cementerio Parque en el Cuerpo 2, Nicho 139, Frente C del predio de la calle 18 y 156.
“Los restos –añadió- descansarán junto a los de su esposo, Luis Alberto Ciancio, quien también fue secuestrado y asesinado por la dictadura, y del que en el año 2009 identificaron sus restos”.
Ciancio, estudiante avanzado de arquitectura, fue el primer desaparecido identificado de Berisso, quien fue secuestrado a los 25 años de edad.
Los restos de Dillon fueron identificados mediante estudios de ADN, debido al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense hallados a principios de la década del ’90 en el cementerio de Boulogne en el partido de San Isidro.
Gabriel Ciancio, hermano de Luis, dijo hoy que “para la familia se cerró un círculo, porque encontramos a los chicos, pero ahora se abre uno nuevo, el de la búsqueda de los culpables y el de la justicia”.
En cuanto al homenaje de mañana, Ricardo Ciancio manifestó su gratitud por el reconocimiento público que va a recibir Dillon.
“Es un acto difícil de sobrellevar, se podría haber hecho en silencio pero es bueno que se difunda, es importante para todos que se sepa el terror que se vivió en la época de la represión”, expresó.
El joven matrimonio, padres de Federico, un bebe de siete meses, fue secuestrado el 7 de diciembre de 1976 por el régimen militar instaurado en marzo de aquel año.
Gabriel Ciancio dijo que “gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, Federico, el hijo de la pareja, puede decir hoy tengo papá y mamá otra vez, hoy empieza otra etapa de mi vida.”
La Municipalidad de Berisso sostuvo hoy que en el gobierno local “se trabaja fuertemente en la promoción y en mantener viva la memoria colectiva”.
“En esta oportunidad –resaltó- se acompaña a la familia celebrando el hallazgo, pero también con la esperanza y necesidad de que los culpables sean juzgados y castigados por estos crímenes de lesa humanidad”.
Militante del Partido Peronista en la Juventud Sindical
Secretario de Transporte de la Provincia -bajo intervención militar del general Lucero- fue detenido ilegítimamente el 17 de enero de 1976, en el Hotel Derby, de su propiedad, por personal policial, y trasladado al D2 -Departamento de Informaciones de la Policía de Mendoza- donde fue brutalmente torturado hasta el día 23 de la semana siguiente, cuando fue liberado. El 31 de marzo de ese año -a través de una comunicación telefónica recibida por su novia- Nora Cadelago, Blanco fue citado por el hoy imputado Armando Fernández Miranda a presentarse al Palacio policial a fin de ampliar detalles de su declaración por recientes detenciones. Al día siguiente, Blanco acudió a la dependencia en su vehículo GTX, acompañado de su compañero y amigo, Héctor Tomás Salcedo Orellano, que testimonió en relación a los hechos: “no ocultábamos nada, pasamos por el interventor de ATE, un comandante, a fin de resguardarnos. Paró el auto en la estación de servicio de calle Belgrano, frente al D2 e ingresó por esa entrada”. Transcurrida una hora, Salcedo preguntó a los oficiales de guardia: “Por acá no entró, a lo mejor por la otra calle” fue la respuesta. “Hace 36 años entró, nunca más salió”, dijo su amigo.
Blanco y Salcedo eran militantes de la Juventud Sindical Peronista desde 1974. Trabajaban juntos en áreas relacionadas del gobierno provincial, en Transporte y Vialidad respectivamente, y en la actividad sindical, Blanco en ATE. Tenían una “importante amistad, compartíamos horas de ocio, vivíamos juntos en el hotel del cual era propietario del fondo de comercio. Otro compañero y amigo, Roberto Jaliff integraba el grupo”.
Nora Cadelago -entonces novia de Blanco- tenía un padre jefe de la Policía ferroviaria del país que alertó a los amigos sobre la inminencia del golpe de Estado y por la seguridad de Blanco. Tras el asesinato del agente Cuello, de la seccional 1ra. de la Policía de Mendoza, sobrevino “el día negro de nuestras vidas. Desde la conserjería del hotel, Felipe Sampietro -vecino, anterior dueño del hotel, en litigios con Blanco y en relación de participación política con ellos- me avisa que escape, que la policía se acababa de llevar a Blanco y Jaliff, que les habían secuestrado cuatro armas. Respondí que no, que subieran. Sin tiempo a ver más que iban de civil me encapucharon, me dieron vueltas en el auto y terminé esposado en un calabozo. En la celda contigua, alguien que reconocí como el compañero Barroso, me gritó ´estás en Investigaciones´. Por la mirilla, prostitutas que me ofrecieron ayuda -´estamos acá todos los días´-, apuntaron números de teléfonos con la indicación de que yo era funcionario del gobierno. A los tres días, cuando apareció el bolso con mis cosas, supe que la noticia había llegado. Días después nos juntaron a los tres en una misma habitación en el Departamento central de la Policía”.
Los amigos cayeron en la cuenta que habían estado detenidos en el mismo lugar, sólo que Blanco y Jaliff en el segundo subsuelo del Palacio policial y Salcedo en el primero. Blanco había sido muy golpeado, “completamente morado de la cintura al cuello, tres costillas fracturadas, el esternón desgarrado, un problema serio en el riñón. En los interrogatorios le preguntaban nombres, sobre todo por Sgroi, anterior Secretario de Transporte, también detenido ya entonces en el mismo lugar y en un estado deplorable”. ´Si vieras cómo está Yani´, le habría dicho Blanco. Salcedo reiteró que su amigo dijo que los policías que los detuvieron y torturaron era “gente conocida”, personal de Investigaciones relacionado a la “policía gremial” que controlaba antes del golpe los listados de asistentes a las asambleas de los sindicatos y frecuentaba el Derby tras los listados de huéspedes.
Jaliff -que anduvo derivado por la comisaría 7ma. de Godoy Cruz- también fue golpeado. La libertad fue “otorgada” por el “comisario Bruno” (Aldo Patrocinio), quien les dijo que habían sido detenidos en virtud de una denuncia de Felipe Sampietro – que los relaciona como quienes mataron al cabo 1ro. Cuello y tendrían en el Derby un aguantadero; además de la escopeta y una pistola calibre 45 -dada para su seguridad por la misma Policía- confiscadas a Blanco”. Sampietro, que además era miembro de la Cooperativa policial seccional primera, fue la primera persona que Salcedo encontró al retornar al hotel. En su opinión, “Sampietro armó todo para denunciarlos y hacer desaparecer a Blanco. Un tema comercial que se aprovechó gracias al proceso de reorganización nacional”.
En una reunión posterior con el jefe Santuccione, “atroz, nos recibió con dos armas sobre el escritorio y nos dijo que él estaba ahí para levantar toda la mugre, la prostitución y que lo nuestro era una rutina para determinar responsables de la muerte de Cuello, que ya habían limpiado a muchos e iban a continuar”. Blanco fue de nuevo detenido en inmediaciones de la Universidad Nacional de Cuyo, golpeado y liberado horas después. Se había entrevistado previamente con Kletz, abogado auditor militar que le habría asegurado “El Ejército no lo tiene pedido, la única vez que estuvo a disposición fue a manos de la policía”. Lo mismo le aseguró “Ruiz”, ese día en la UNC, “usted está pedido, acá está la policía, si se va con ellos lo largan”. Armando Fernández se lo llevó detenido. En el reconocimiento fotográfico el testigo ubicó a Mario Stipech entre los policías actuantes en los hechos. Así, el ex médico del D2 es señalado por tercera vez en el juicio.
“Era una época muy difícil del país, las juventudes estaban encontradas, nosotros en la Juventud sindical teníamos una posición al medio, de enfrentamiento con la gente de izquierda. Íbamos armados, habilitados por la Policía para llevar armas. Conocíamos a los policías de las rondas, gente de civil, camuflada, los que golpearon a Blanco, me suena el nombre de Fernández -de unos 35 años, cara gordita- , gente del D2. Todo lo que nos pasó fue dentro del grupo de gente del D2”, agregó Salcedo. También dijo, “tengo un amigo perdido y cuatro chicos que nunca tuvieron padre, actualmente he restablecido el contacto con su ex esposa, Nora González y su hija, cuya única imagen de su padre es a bordo de una gordini blanca con una camisa con fósforos como motivo”.
Razones de orden político
El 13 de enero de 1976 Ricardo Puga -ex diputado y periodista, también testigo en el juicio anterior– fue secuestrado y detenido en la Colonia Papagallos -establecimiento escolar utilizado como Centro Clandestino de Detención-, luego fue trasladado al D2, donde vio a Roberto Blanco, quien estaba en una celda contigua fuertemente golpeado y lastimado. “Supuestamente nos atendía un médico, nunca pudimos acreditarlo”, comentó. En una ocasión, el posible médico vio a Blanco y le preguntó qué le había sucedido. Él le dijo que se había golpeado solo. En esos días, Puga y Blanco intercambiaron fugaces palabras, no se conocían de antes. También compartió el cautiverio con Mario, Alejandro y Leonardo Fioretti, Carlos Alberto Gómez, Juan Sgroi, Walter Quispe.
Entre marzo y abril de ese año, Puga estaba detenido en la Penitenciaría de Mendoza y le dijeron que lo llevaban al Juzgado Federal de calle Las Heras, pero finalmente lo volvieron a llevar al D2, lo metieron a una celda donde había más detenidos incomunicados. En la celda de al lado pudo escuchar la voz de Roberto Blanco que decía “Estos hijos de puta me han traído de nuevo aquí”. Puga fue trasladado a la Penitenciaría donde lo liberaron en diciembre de 1976. Consultado por el motivo que presupone tuvo su detención, y la de otros como Sgroi, el testigo dijo que “fueron razones de orden político” y agregó que en aquel momento estaban construyendo un centro de salud en Guaymallén y tenían “trabajo político” en el Partido Auténtico. Recordó también que Sgroi y Blanco sí se conocían de antes de compartir el cautiverio.
En horas de la madrugada del día 17 de mayo de 1978, irrumpió en su domicilio de Godoy Cruz un grupo de cuatro o cinco personas, armadas, con las caras cubiertas. Vendaron los ojos y ataron las manos a todos los presentes: el matrimonio, una hermana que acababa de llegar y un joven que la había acompañado. Revisaron toda la casa y se llevaron a Raúl. Le manifestaron a su esposa que le harían unas preguntas y luego regresaría a su casa. Le permitieron vestirse y tomar sus documentos personales. Antes de partir, se llevaron relojes y otros objetos de valor. Se supo, por el testimonio de los vecinos, que lo introdujeron en un Peugeot blanco sin patentes.
Su esposa denunció el secuestro y el robo de las pertenencias en la comisaría 7ª de Godoy Cruz e interpuso los Habeas Corpus correspondientes, que fueron rechazados. En diciembre de 1978 aparecieron varias notas periodísticas acerca de la aparición de varios cuerpos sin vida. Debido a esta situación el siguiente Habeas Corpus que realizó la familia solicitaba saber si alguno de esos cuerpos era Raúl. Tampoco en este caso la familia recibió respuesta alguna.
En los cientos de casos de expedientes abiertos por el secuestro y desaparición de personas se libraban oficios a todas las fuerzas intervinientes, las que invariablemente respondían que las víctimas no se encontraban detenidas bajo su jurisdicción. Ninguno de estos trámites obtuvo resultado positivo.
Nacido el 5 de Septiembre de 1946 en Las Varillas (Córdoba).
Hola, yo fui compañero, con El Gordo en el M.V.P trabajamos juntos durante años. Me enteré de su desaparicién en Mendoza, ya en el exilio. Hicimos muchas cosas juntos, fue un gran compañero y tengo muchas anécdotas de “los chicos de la sexta”. Éramos un grupo de 5, junto con el Pelusa, el Chacho, el Gringo, el chicato Mossé y yo, el Osito.A pesar del paso de los años la bronca y la impotencia no disminuye, es el sufrimiento de tanta gente, en nuestra tierra que todavía reclama por justicia, que parese se sigue haciendo esperar. Somos muchos, desde los mas remotos lugares de la tierra que no olvidaremos nunca a nuestros compañeros que cayeron en la lucha por una Argentina más justa. Estoy todavía fuera de Argentina, pero sigo pendiente de todo lo que pasa atravez de la prensa y vivo de mis recuerdos, de una etapa dura, pero llena de cualidades que forjaban esta unión y respeto entre nosotros que no sólo se limitaba a ser compañeros, si no que también éramos amigos y compartíamos todo, ideales, códigos, convivencias etc. Los hecho en falta, cada día y me prometí ya hace muchos años que nunca los olvidaré.
La joven vivía en la calle O´Higgins de Godoy Cruz, cuando fue secuestrada por al menos cinco hombres que iban a bordo de dos autos, un Ford Falcon y un Peugeot 404. Luego de secuestrarla, la ejecutaron junto a un estudiante de 27 años (Mario Jorge Susso).
El hecho sucedió unos días antes del Golpe de Estado, luego se comprobaría que las fueron las mismas fuerzas de seguridad las que asesinaron a tanto a Bermejillo como a Susso.
Casado con Silvina Mónica Parodi de Orozco, desaparecida, embaraza
Daniel tenía 23 años y Silvina 20. Silvina estaba embarazada de más de 6 meses y esperaba muy entusiasmada a su hijo/a. Los dos estudiaban Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Córdoba. Silvina había egresado, poco menos de dos años antes, de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba.
Fueron secuestrados en Córdoba el 26 de Marzo de 1976. No tenemos testimonio de su paso por un C.C.D.
Sonia, la madre de Silvina, está buscando desesperadamente a su nieto/a. Por favor ayudala.
Pedro tenía 32 años y Sara 22. Él era argentino, de Formosa, y ella paraguaya. Eran trabajadores judiciales. Tenían una nena, Viviana, de un año de edad.
Fueron secuestrado en su domicilio en Claypole.
Fueron vistos en el C.C.D. Regimiento 29 de Infantería de Monte de Formosa y en la Alcaldía Provincial de Resistencia, Chaco.
El intento de dar materialidad a la memoria de Lujan Susana Papic, fue posible gracias al testimonio de unas pocas personas, entre las tantas con las que ella se vinculó, que compartieron momentos de su vida.
No siempre es fácil transformar sentimientos personales, únicos e intransferibles, en significados colectivos y públicos; pero en este caso, la figura de Susana, en su intensa humanidad, se impuso con toda fuerza y claridad: Apasionada, sumamente carismática, lúcida y brillante, con una gran sensibilidad social y una admirable capacidad de desprendimiento individual, en pos de sus ideales y su compromiso con el otro.
Nacida en 1952, única hija de un inmigrante yugoslavo, que murió cuando ella tenía 11 años de edad, y de Angela, una española que le dio vida a los 43 años, y que trabajaba como empleada doméstica en casas de familia.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 13 de Burzaco. Por ese entonces, tenía con sus vecinos una relación cotidiana, dada su situación, y de todos ellos, tenía algo que aprender: Su avidez por hacer cosas y por conocer, fue una nota esencial en su vida.
Ingresó al Colegio Nacional Almirante Guillermo Brown, donde cursó hasta tercer año,y culminó sus estudios en el Normal de Banfield, en 1969. En mayo del año siguiente, ingresó como maestra de cuarto grado en la Escuela Nº 10 de Claypole; posteriormente trabajó en la Escuela Nº 40. Una colega suya, ha dicho de Susana: “Como maestra, era tan especial, que el recurso didáctico por excelencia, era ella misma”.
Siendo muy joven, ingresó en la Unión de Educadores de Alte. Brown, hasta ese entonces perteneciente a la FEB (Federación de Educadores Bonaerenses), luego, al ser expulsados de dicha entidad, por presentar iniciativas más radicalizadas, que la FEB no compartía, formó parte de los grupos gremiales disidentes del conurbano, bregando por una sindicalización de los docentes, verdadera y representativa.
Paralelamente, participó en la militancia barrial, en el barrio Sakura de Burzaco, donde demostró una auténtica identificación con las necesidades de la gente. Permaneció a cargo de esta organización, cuyo objetivo era fortalecer la unión popular, hasta su ingreso al Movimiento Montoneros, en 1972.
Durante su militancia, conoció a Henry Barri (Enrique Rodolfo Barry), perteneciente a la Juventud Peronista. Como producto de su unión con él nació Agustín, el 1º de julio de 1975. Henry es secuestrado al poco tiempo. Los meses que transcurrieron hasta su propio secuestro, junto a su pequeño hijo, fueron sumamente difíciles para Susana: viviendo en la clandestinidad, durmiendo en plazas, desprovista de toda protección.
Según testimonios obtenidos por la CONADEP, Susana y su hijo estuvieron detenidos en el Garage Azopardo, donde posiblemente haya encontrado la muerte. (Nota del Proyecto Desaparecidos: Fue vista allí por el sobreviviente Eduardo Lardies quien testificó que fue torturada hasta que se le paralizaron las piernas y la tenían que ayudar con sus necesidades básicas).
Milagrosamente para las prácticas de la época, Angela, su madre, que había interpuesto un recurso de Habeas Corpus por la desaparición forzada de su hija, recibe una noticia que le revela el paradero de Agustín en la Casa Cuna. Vivió junto a su nieto hasta su muerte. En aquella ocasión, una vecina, Estela, casada con un señor de nacionalidad sueca, se hizo cargo del niño, adoptándolo.
Hoy Agustín vive en Suecia, tiene 31 años. Su padre, Enrique Rodolfo Barry, a quien hoy conmemoramos también, sufrió el mismo triste destino de su mamá: está desaparecido.
El mundo de cadenas fue demasiado pequeño para Susana. ¿Hasta dónde pudieron encerrar su sonrisa? ¿Hasta dónde pudieron amurallar su voz, sus ideales, su compromiso con la vida? NO; no es posible destruir lo que el corazón de la gente intenta perpetuar.
Hermano de Ernesto Ramos, 25 años, tambien secuestrado desaparecido el 12 de enero, 1977 con Lucio y sus amigo Roberto Castillo.
Correntino. Militante de Juventud Peronista en el Barrio Sakura (Burzaco. Almirante Brown. Provincia de Buenos Aires) donde también habitaba. Fue secuestrado-desaparecido el 12 de enero de 1977, al igual que su hermano Ernesto Ramos. Ese día también se llevaron para siempre a otro compañero del barrio: Roberto “Beto” Castillo (ver su registro).
Almirante Brown
Desaparecido el 14/6/77
Tenía 29 años
Jorge había trabajado en el City Bank. A mediados de mayo de 1977, renunció al City Bank para ponerse a trabajar con la policía ayudando a combatir la subversión. Sin embargo, quiso dejar de trabajar en la policía porque las órdenes que le daban eran de matar.
El 14 de junio de 1977, su amigo Carlos Alberto Boero, domiciliado en Suipacha 1764 de Lanús, quien estaba relacionado con el Departamento Central de Policía, lo pasó a buscar a su casa, situada en José Mármol, provincia de Buenos Aires. Salieron y no se supo más de Jorge.
Al día siguiente, un oficial de la brigada de Quilmes llamado “El Alemán”, quien dirigía el grupo de tareas al que pertenecía Jorge, fue a buscar a Jorge a su casa, supuestamente para ir al trabajo. Al no encontrarlo, se dirige a la casa de Carlos Boero, al que tampoco encuentra.
Un abogado con el que consultaron, Antonio Sosa, fue desaparecido el 17 de junio.