Jorge fue secuestrado en su domicilio por miembros del Ejército argentino, en el marco de la operativa del Plan Cóndor. Se encontraba en su domicilio, junto a su esposa Marta Severo, su tía Rosa Álvarez, su cuñado Carlos Severo y su hija, de pocos días de nacida. La niña fue entregada a una vecina por los secuestradores.
Marta, Jorge y Carlos permanecen detenidos desaparecidos.
Beatriz tenía 24 años, Juan Francisco 27. Fueron secuestrados en la vía pública en Ramos Mejía por personal militar. Beatriz estaba embarazada de 4 meses. Se desconoce el paradero de la pareja y su hijo.
Luis Alberto Granizo nació en Mendoza el 30 de setiembre de 1945. Hijo de Juan Isaac Granizo e Isabel López, era el octavo de once hermanos. Hijo de un trabajador de YPF y un ama de casa, Luis Alberto cursó la primaria en la escuela Caseros de Godoy Cruz y no hizo la secundaria, ya que de muy joven comenzó a trabajar como mozo.
Durante su carrera como gastronómico trabajó en diferentes bares y restaurantes. Sus últimos trabajos fueron de mozo en el hotel Mendoza y concesionario del comedor del hotel Derby.
De familia peronista, Luis Alberto tuvo una activa participación en el gremio gastronómico. Llegó a ser secretario de Actas del Sindicato Gastronómico en 1974, cargó que ocupaba al momento de su secuestro.
Su hermana Graciela y su hermano Juan Carlos lo recuerdan como una excelente persona con la que todos tenían una muy buena relación, “una persona especial” recalca Juan Carlos, y además “muy buen mozo” comenta Graciela. Respecto de su militancia sindical su hermana señala que “participaba en el gremio porque quería ayudar al obrero… Él no defendía a la patronal, defendía al obrero”.
La mañana del 8 de noviembre de 1975, Luis Alberto Granizo pasó a saludar a su hermana y a llevarle un dinero “iba de traje y en auto, yo le dije, ¡que lindo que estás Luis! ¡No te vayan a asaltar! Fue la última vez que lo vi”, comenta Graciela.
Luis Alberto fue detenido, posiblemente por la policía federal, cuando caminaba acompañado por un tal Funes. El 28 de noviembre de 1975 apareció con cuatro tiros en la cabeza y calcinado al costado del camino del Campo La Lajas, centro clandestino de detención dependiente de la fuerza aérea.
Militante del Peronismo Montonero. Proletarizado, trabajaba en Teléfonos del Estado en Mar del Plata.
Su militancia y su trabajo, lo llevó a radicarse en Mendoza, luego de casarse con su compañera María del Carmen Laudani. (Se manejaba con un documento trucho a nombre de Gregorio Juan Strechaluk). Ambos cayeron tiroteándose contra una patota represiva armada, en la intersección de las calles Alberdi y Uruguay de la localidad mendocina de Guaymallén, cerca del domicilio que ocupaban en donde funcionaba una imprenta de su organización. Se cree que tomó la pastilla de cianuro como último recurso. Ocurrió el 10 de abril de 1977. Sus cuerpos fueron sepultados en el cementerio de la Capital y posteriormente exhumados por sus familiares y trasladados a Mar del Plata. Otra versión diferente, de origen judicial, habla de que el cuerpo de Jorge Alberto José, apareció luego de estar en poder de sus captores con un tiro en la sien y sin rastros de pólvora en sus manos.
Nació en Mendoza un 23 de junio de 1952. No tenía hermanos y con sus padres, Santiago Pedro Illa y Elisa Magdalena Nicoletti, se vino a vivir a San Rafael (donde se crió) cuando era muy pequeño.
Asistió a la Escuela de Educación Técnica (E.E.T.) N° 4-006 “Pascual Iaccarini”, pero luego se inclinó por las humanidades y cursó en la Escuela Normal “Mercedes Tomasa de San Martín de Balcarce”. Por entonces conoció a Silvia Faget, quien sería su esposa. Ambos compartían preferencias: les gustaban los Beatles (a él McCartney, a ella Lennon) y no creían en Dios. A los 18 años él comenzó a invitarla a salir, hasta que se pusieron de novios.
Los primeros pasos de “Chiche” (una tía lo apodó así cuando era niño porque tenía muchos rulos, tez blanca y ojos claros, parecía un muñequito, un “chiche”) en el periodismo fueron cuando aún estaba en la secundaria, aproximadamente a los 15 años, en los boletines “El Comercio” y “La Capital”. Egresado del secundario escribía en el diario “La Voz del Sur”, donde era periodista su padre, que además fue director de Radio LV 4, de San Rafael.
Chiche practicaba rugby, no le gustaba el fútbol. Le gustaba leer, escribía poesía, leía a Neruda y le regaló a Silvia todos los libros de Vinicius de Moraes (uno de sus autores preferidos) pero “los malditos milicos se los robaron esa madrugada turbia”. Con ella debatían sobre literatura en general y sobre política. Otra de las pasiones de la pareja era el cine: formaron un Cineclub, donde veían películas de Godard, Fellini, cine de autor en general, para luego comentarlas y debatir. Santiago era así: autocrítico consigo mismo y muy crítico con todo, nunca pasaba desapercibido. Sus allegadas/os dicen que era alegre, sociable, tenía la chispa propia de la juventud; prefería el diálogo, llegar a la crítica de las acciones y a la autocrítica de las actitudes. Quienes lo conocen de la época de detención dicen que siempre trataba de calmar las aguas, que contaba chistes para sobrellevar la situación, pero sobre todo recuerdan que fue quien propuso organizar a los presos. Decía: “acá no importan los partidos políticos. Acá somos todos presos políticos”.
Su militancia comenzó cuando salieron de la secundaria. “Empezamos a leer ciertos libros. Me los explicaba. Me regaló “El Capital”, de Marx”, recuerda Silvia. Pero en el ’74 empezó de lleno: se fue a Córdoba para hacer contacto con una célula del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y allí lo ubicaron en Prensa: iba a escribir en la revista “Patria Nueva”, que pertenecía al partido y estaba en circulación.
Le escribió una carta a su novia y le dijo que preparase todo, que volvía por ella y se casaban. El 10 de abril de 1974 se casaron en San Rafael y al poco tiempo se fueron a vivir a Córdoba, donde quedó embarazada. Unos meses después, ya en 1975, Santiago fue trasladado a Buenos Aires: trabajaría en la revista “Nuevo Hombre”. En Buenos Aires, Chiche deja de escribir en la revista y trabaja en una imprenta como linotipista (una de las actividades que más le gustaba), pues no logra dar con sus compañeras/os.
Decide regresar a San Rafael aunque Silvia se opone. Allí trabaja, como carpintero para la empresa Petersen, Thiele & Cruz y aunque no era muy hábil con sus manos era fiel a la idea que el partido sostenía sobre la proletarización: ser un obrero, pensar y sentir como un obrero.
En la madrugada del 9 de marzo de 1976 a las 3 a.m, en la casa de calle España 131, de San Rafael, en la que vivía con su compañera (embarazada de 7 meses) y su hijito de apenas un año, irrumpió personal del Ejército. Se lo llevaron, luego de golpearlo en el sótano, hacia la Penitenciaría de Mendoza, desde donde escribía 2 cartas por semana para su esposa. En ellas demuestra su preocupación por su hijos Héctor Reinaldo (por compañeros caídos en Córdoba: Héctor Antelo y Reinaldo Roldán) y Ana Clarisa (por compañeras caídas en Trelew: Ana María Villarreal de Santucho y Clarisa Lea Place).
Silvia escribió una última carta, que no tuvo respuesta. A mediados de mayo sus padres se la mostraron con un sello: “No se encuentra alojado en este domicilio”.
Silvia recuerda “nuestra estación era el otoño… él decía que iba a morir joven y que iba a ser en otoño”. “Silvya”, como él le escribía, deseaba estudiar danzas y para ello debía ir a Buenos Aires. Él entristeció al saber a su compañera lejos (“No creo en Dios, pero creo en el amor”, le escribía en poemas).Frente al potencial viaje de su novia, Santiago escribió para ella:
“¿Te acordarás de mí? ¿En cada mañana cuando despiertes, volverás a pensar en mí? ¿Será la noche quien haga venir tu pensamiento a esto que le llamamos AMOR? ¿Volverás a soñar con nuestros besos y desearás aquel amanecer juntos? ¿Cuándo leas algún libro volverá a vos “Todo es nuevo, antiguamente nuevo y siempre empezamos otra vez”? Chiche
En el momento de su detención, el 9 de marzo de 1976 Chiche tenía 23 años. Fue detenido por Ley 20840 en San Rafael. Pasó al D2 y de allí a la Penitenciaría Provincial. El 12 de mayo fue informado, en su celda, de que saldría en libertad. Según sus compañeros, preparó sus cosas, se despidió de ellos y se marchó.
Fue entregado por personal penitenciario al suboficial del Ejército José Fuertes, procesado en este juicio, quien lo trasladó al Liceo Militar Gral. Espejo. Desde ese momento no se supo nada de él.
A causa de la persecución desatada en la Escuela Superior de Periodismo, donde Billy estudiaba y era Presidente del Centro de Estudiantes, y de su militancia política en la organización Montoneros, se fue de su domicilio familiar y vivió en distintos lugares. Para el mes de abril se alojaba transitoriamente en el domicilio de Rafael Bonino.
A las 7 de la mañana del día 8 le pidió el auto prestado a Bonino para realizar una diligencia, volvió en poco tiempo y lo guardó. Volvió a salir a pie. No mencionó a dónde iba, es la última información que se tiene de él.
Distintas versiones apuntan que fue asesinado ese día: una, ubica un hecho en la calle Morón ( y Costanera) a donde habría ido con motivo de “una cita”. Otra, se refiere a un hecho en Las Heras, no precisado. La tercera, ubica su asesinato en Guaymallén, en Alberdi y Uruguay donde en esos días se produjo un enfrentamiento, pero, el mismo sucedió el día 10 (José y Laudani). La cuarta versión lo ubica en Godoy Cruz junto a Ana Moral, el día 8, en las proximidades de la Iglesia Ntra. Sra. de Fátima, hecho que describimos en el apartado anterior, pero, la descripción física del joven abatido en esa circunstancia que hace Ruperto Arrula, parece no concordar con la de Billy Hunt.
La fotografía correspondiente a la necropsia de NN que aparece en el expediente de Billy Hunt, no le corresponde. Se trata de una persona de rasgos muy diferente.
“Moira”. Nacida el 11 de enero de 1952 en Comodoro Rivadavia, Chubut.
Primaria y secundaria las hizo en Adrogué, provincia de Buenos Aires.
Delegada de base en la Caja Nacional de Ahorro y Seguro.
Militante de Juventud Trabajadora Peronista (JTP).
Esposa del también delegado gremial en ese mismo lugar y oficial montonero, Ernesto Raúl Casariego.
Secuestrada-desaparecida el 3 de agosto de 1977 del domicilio ubicado en Anchorena 339, PB 2, del barrio porteño de Balvanera.
Vista con vida en el CCD “Club Atlético” antes de su asesinato.
Pasó el tiempo pero no hubo olvido. El 6 de noviembre de 2006 – Día del Bancario- la Comisión Permanente de Homenaje a los Detenidos Desaparecidos de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, colocó una placa con el nombre de ella y los otros 14 asesinados que trabajaban en aquella empresa pública, en la calle Hipólito Yrigoyen entre Solís y Entre Ríos.
Marta Elida de Lourdes Saroff de Lerouc. Con su marido tenían una imprenta que estaba al servicio de la causa que abrazaron; por ejemplo en 1975 denunciaron el injusto trato vejatorio que se les propinaba desde el Estado provincial a los presos políticos. Mendocina del Departamento San Martín donde nació un 13 de febrero de 1950. Maestra Normal Nacional egresada del Colegio San Vicente de Paul en 1967. Estudió dos años en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Alfabetizadora en villas de emergencia (Horqueta Chica). Empleada bancaria en Banco de los Andes, delegación Palmira. Secuestrada-desaparecida en San Juan, el 20 de noviembre de 1976 a la edad de 26 años. Peronista hasta el caracú y Montonera hasta la muerte. El mismo día de su secuestro, antes del desgraciado hecho, logra salvar a su pequeño hijo (Fernando Luis) parando un camión en la Ruta 40 y pidiéndole al conductor, que por favor lleve la criatura a Mendoza con una carta para sus abuelos. El camionero cumple. Ver el registro de su esposo, Armando Alfredo Lerouc. Guillermo “Polo” Martínez Agüero la define a Marta Elida como “el perfil típico de la militante montonera, por su entrega y compromiso”; Pedro Ferllen, habla de “una militante de fierro” y Justo Saavedra dice que “la Marta tenía más huevos que muchos otros compañeros. Porque Montoneros era eso: sangre, sudor y huevos”. Una nota de color: Armando y Marta se casaron el 18 de octubre de 1973 en una ceremonia religiosa militante, llevada a cabo en el santuario popular de la difunta Correa en San Juan y realizan luego la fiesta de casamiento en la sede del Partido Justicialista de San Martín. La participación al casamiento rezaba así: “Juventud Peronista, Regional VI, Distrito III, te comunica que el día 18 de octubre, SAN PERÓN, se casarán nuestros compañeros, militantes de la causa popular, Marta y Armando, en la ciudad de General San Martín. Octubre mes de la Lealtad y Fe Revolucionarias. Viva la Patria. Perón ó Muerte”. Además de Fernando tuvieron una hija a la que llamaron María Eva, por Evita, obviamente.