Desaparecido el 25 de septiembre de 1978. Entre otras cosas, se corroboró que este joven trabajaba en la Bodega Calise al momento de su desaparición, al igual que los hermanos Cherutti quienes fueron secuestrados en enero del ’77.
Tras el cuarto intermedio solicitado por el Tribunal Oral Federal Nº1 de Mendoza se llevó a cabo una nueva audiencia en el IV Juicio por delitos de lesa humanidad. En esta ocasión, con las testimoniales de Rafael Hugo Bisone, Matías Sebastián Baldini y Stella Maris de Cóninck.
Por la causa que investiga la desaparición forzada del joven militante de Montoneros, Horacio Ernesto Bisone, declararon su hermano Rafael Hugo Bisone, su hijo biológico Matías Sebastián Valdini y su ex pareja, Stella Maris de Cóninck.
El testigo Rafael Bisone declaró mediante teleconferencia desde Río Gallegos y en su declaración reconstruyó el contexto previo a la desaparición de Horacio y el periplo familiar para dar con su paradero tras quedar detenido el 25 de septiembre de 1978.
Por su parte, Matías Valdini, recordó que Bisone era delegado gremial de Gráficos Asociados y que al momento de la desaparición de su padre tenía dos años de edad.
Stella Maris de Cóninck reconstruyó el vínculo con Bisone -que comenzó en el año 1973- con quien tuvo dos hijos, Paula y Matías. A partir de su testimonio, se conoció que Horacio era linotipista y su último trabajo fue en la Bodega Calise. En ese lugar, otros dos trabajadores – los hermanos Cherutti- habían desaparecido en enero de 1977, lo cual alertó a Bisone.
“Horacio era una persona excelente y generosa, profundamente católico; Era un convencido de lo que hacía”, recordó Stella.
En octubre de 1977 la pareja se separó manteniendo una buena comunicación. Este vínculo le permitió anoticiarse de la desaparición de Horacio, ocurrida un año después.
La etapa testimonial continúa el próximo lunes 13 y martes 14 de abril tras el cuarto intermedio solicitado por los integrantes del Tribunal.
Había nacido en El Bolsón, pero se crió en Bariloche. Hizo la secundaria en el colegio Angel Gallardo y en el ’71 se fue a estudiar a Bahía Blanca. Estuvo un tiempo allá estudiando Ingeniería Electrónica, y luego dejó la carrera. Trabajó un tiempo en Bariloche, en el ’73, hasta completar el año que había dejado, y trabajó en el hotel Llao Llao. Después fue a Buenos Aires a estudiar Derecho, donde participó en actividades estudiantiles y políticas dentro de la Juventud Universitaria Peronista. Al comenzar la dictadura abandonó la militancia.
Siguió estudiando y viajando entre Bariloche y Buenos Aires, visitando a padres y hermanos, y en el invierno del ‘77 invitó a un amigo a venir de vacaciones a Bariloche. Ese invierno fue cuando se produjo el secuestro, prácticamente apenas llegó, a la noche del día en que había llegado.
Juan fue secuestrado el 16 de julio del 2007 por un grupo de militares armados, que ingresaron a la vivienda de los padres de Juan. Se llevaron a Juan, lo subieron a un auto, y le aseguraron a los padres que se lo llevaban para hacerle preguntas, nada más.
Juan estuvo encerrado tres días en una dependencia del Ejército, y después fue trasladado en avión a Buenos Aires. Allí fue llevado al C.C.D. “Club Atlético”. Allí fue torturado, simplemente por ser judío, ni siquiera le hacían preguntas.
tardes enteras de charla. Hasta que llegó un mes de marzo y vino a comunicarme que había decidido irse a estudiar Derecho a Buenos Aires. Se me cayó el alma a los pies, me prometió que no dejaríamos de vernos pero las noticias que me llegaban eran por terceros. Luego nos mudamos a La Plata por el golpe militar, ya que a mi padre lo habían echado de la Universidad. Me enteré de su secuestro por radio Colonia, pero creí había alucinado escuchar su nombre. Sin duda que teníamos un especie de amor platónico. Sólo conservo un par de fotos de él y un gran dolor por su pérdida. Mis padres fueron a Bariloche hace unos años y estuvieron en casa de los suyos donde pudieron escuchar la historia de su secuestro.
Me llamo Mónica Núñez ya hora vivo en La Plata, de casualidad dí con éste sitio.
Aldo Fagetti fue el primer desaparecido de San Rafael, antes del golpe militar. Fue secuestrado el 25 de febrero de 1975 por una patota de policías y militares. Los represores entraron a la fuerza en su lugar de trabajo, derribando una puerta del galpón donde Aldo y su familia fabricaban empanadas. Se lo llevaron a patadas. El 10 de marzo lo asesinaron en la sede de Infantería después de firmarle la libertad. Por su caso el juez federal de Mendoza, Héctor Acosta, pidió la captura internacional de la ex presidenta argentina Isabel Perón. Fagetti era un cuadro de la Juventud Peronista (JP), uno de los más importantes en los barrios del sur mendocino. Y los represores lo tenían en el mira como un blanco primordial.
El caso de Fagetti sale a la luz, semana a semana, en cada testimonio de la megacausa por delitos de lesa humanidad de San Rafael. Es el segundo juicio en la ciudad y el quinto en la provincia, y allí existe un rasgo único y excepcional: un centro clandestino que funcionó en la sede de Tribunales, antes los ojos de fiscales, jueces y empleados judiciales. Los represores lo nombraban como “Casa Departamental” y tenía una estructura de tres calabozos, donde se llevaba ilegalmente a detenidos y se los torturaba. Para Pablo Garciarena, fiscal del juicio que tiene 72 víctimas y 26 imputados entre los que figura un ex intendente, “la coordinación entre la policía mendocina y los militares fue determinante para aceitar el mecanismo de la represión en una región donde todos se conocían con todos, pero que sin el apoyo de la justicia eso no hubiera sido posible”.
La historia de Fagetti fue una de las primeras en ser tratadas, en un proceso que siguió un orden cronológico y que ya cumplió la mitad de juicio. Elsa Marta Sosa y su hijo, Javier Américo, asisten regularmente a las audiencias. En un bar, a metros de donde está el Tribunal, volvieron a recordarlo. Elsa sigue hablando de su ex esposo como “Aldo”.
Héctor Osvaldo Zuin nació el 24 de agosto de 1953 en Luzuriaga, Maipú. Era el más chico de cuatro hermanos, dos de la anterior esposa del padre. Según Mariú Carrera, amiga y compañera de elenco y de militancia, Osvaldo quería a mucho a su papá, que era repartidor de diarios, y valoraba que fuera tan laburador.
Mariú asegura que lo movía una constante búsqueda espiritual, que en un primer momento lo acercó al seminario. Era un joven activo y divertido, con mucha iniciativa y capacidad para dirigir. También leía y escribía obras de teatro y microrrelatos. Entre sus autores preferidos estaba García Lorca. Su amiga confiesa que con él aprendió todo lo que significa el concepto “compañero/a”.
Osvaldo pasó por distintos trabajos. Uno de ellos, como vendedor de una fábrica de perfumes. Era muy entrador y conseguía venderle a personas de todas las condiciones socioeconómicas.
Cuando Osvaldo tenía 19 y Mariú 22, se mudaron a Buenos Aires para continuar con la formación teatral. Trabajaron en la fábrica Alpargatas y vivieron mucho tiempo con lo mínimo, tanto que su único medio de trasporte era la caminata.
Se formaron en el Payró, teatro de izquierda y contestatario cercano al Partido Comunista, donde trabajaron para costearse las clases. Luego alquilaron un local para poner en marcha su proyecto de teatro comunitario. Mariú recuerda que la Masacre de Trelew causó un impacto grande en ellos y los impulsó a escribir un libro con la idea de filmar una película.
Con el tiempo, con un grupo del Payró empezaron a trabajar en una villa. Hacían funciones de teatro de denuncia con mínima escenografía, inspirados por el grupo Libre Teatro Libre de Córdoba. En Villa Itatí, cerca de Quilmes, un cura obrero y peronista los invitó a instalarse luego de una función. Inmediatamente después de regalar algunas de sus pertenencias, se mudaron a la villa.
La militancia en el Partido Revolucionario de los Trabajadores –PRT- comenzó el día que Osvaldo volvió del centro con un volante de la organización. Se reunieron a charlar con una compañera y “les cerró el proyecto”. Osvaldo eligió el seudónimo de “Rucio” por el personaje de la “Cantata de Santa María de Iquique”, de Quilapayún. En Mendoza sería conocido como “Horacio”.
A fines de 1974 regresaron a Mendoza y fundaron el elenco La Pulga, con Raquel Herrera y Rubén Bravo, a quienes conocían del mundo del teatro provincial. El elenco se mudó a una casa que alquilaba Aldo Zuin, hermano muy querido por Osvaldo.
El grupo entero integró el PRT bajo la responsabilidad de Blanca Santamaría e impulsó la Regional Mendoza de la Asociación Argentina de Actores, con Rubén como secretario general. Osvaldo no era parte de la lista pero colaboraba, se consideraban trabajadores del arte. Progresivamente asumieron tareas distintas dentro de la organización y Osvaldo consiguió un puesto de operario en YPF junto con Marcelo Carrera, razón por la cual sólo se veían en reuniones políticas.
Cuando la represión en Mendoza se agudizó, el grupo, muy expuesto por sus roles en la Asociación, comenzó a ser cercado. Osvaldo logró escapar el día que secuestraron a Blanca Santamaría y pidió a Mariú que se contactara con su hermana. Su amiga lo vio por última vez en casa de Marcelo Carrera.
En los sucesivos operativos contra el PRT fueron secuestrados/as Raquel Herrera, Alberto y Juan Bernal, Blanca Santamaría, Rubén Bravo, Marcelo Carrera y su compañera, Adriana Bonoldi. Desarticulada la regional Mendoza, en enero de 1977 Osvaldo se trasladó a Córdoba, donde se reunió con Celeste Seydell y pidió contactarse con la organización.
Fue detenido en mayo de 1977 mientras volanteaba en una fábrica. En el operativo recibió un disparo en la pierna. Por el testimonio de una sobreviviente, Teresa Meschiatti, sabemos que Osvaldo estuvo en La Perla y que fue trasladado a Mendoza en avión.
Horacio Ferraris, sobreviviente del Centro Clandestino de Detención Las Lajas, dependiente de la Fuerza Aérea, declaró haber visto a un detenido con una pierna herida que venía de Córdoba. Es la última noticia que se tiene de él. Continúa desaparecido.
(Detenido – Desaparecido el 27/05/1976. Fue secuestrado en Mendoza)
«Negro»
(27 de octubre de 1951, Capivara, en el distrito de Rafaela,
27 de mayo de 1976, Mendoza, 24 años).
Al concluir los estudios secundarios se trasladó a la ciudad de Santa Fe para estudiar Ciencias Económicas en la Universidad Católica y luego se radicó en la provincia de Mendoza.
Militante de Montoneros.
Fue secuestrado en un establecimiento público y permanece desaparecido.22
Aldo Ozán, era mendocino y nació el 6 de enero de 1953. Trabajaba como zapatero y estaba casado con Edith Teresa Lúquez. Brigada de Infantería de San Rafael. El 7 de julio de 1976 Aldo fue secuestrado por hombres armados, vestidos de civil del taller de calzados en el que trabajaba. Lo metieron en un Fiat 128 y rápidamente abandonaron el lugar con destino desconocido. Hasta la fecha continúa desaparecido. El testigo Gerardo Pozo relató los hechos ocurridos en la zapatería y que cuando logró salir del lugar se dirigió a la casa de Aldo para avisarle a su esposa. Esa misma noche la policía fue a la casa diciendo que estaban averiguando los antecedentes de su marido. Dada esta situación la mujer recorrió varias dependencias judiciales, policiales y militares pero nadie le dio información. Ha quedado probado que en algunos casos, por ejemplo el de Aldo Ozán, en los operativos de secuestro existió intervención directa de la Sección de Inteligencia. Las víctimas de este accionar fueron secuestradas y desaparecidas de inmediato sin evidencias de su paso por ningún centro clandestino ni asientos en los libros. En el Libro de Guardia de la 8ª del 18/6 al 17/8/1976 figura el 7 de julio a las 23:55, la denuncia que Gerardo Pozo hizo sobre los hechos. Se realizaron trámites en su búsqueda en la Seccional 8va., Comando Militar de San Rafael, Habeas Corpus en el Juzgado Federal. Expediente nº 49070-O-854 “Omar Aldo Ozán s/desaparición” (Acumulado al expediente “Scarnio s/ privación ilegal de la libertad nº 49111-S-1850) de la Cámara Federal de Mendoza. Legajo Conadep 5202.
El «Chino», como le llamaban sus conocidos/as, nació el 15 de agosto de 1951. Vivía con su familia y sus tres hermanos en una casa en calle Santiago del Estero, de la cuarta sección de la Ciudad de Mendoza.
Cursó la escuela secundaria en el Colegio Universitario Central. En 1970 comenzó a estudiar Medicina. En el preuniversitario conoció a Oscar Guidone, quien lo recuerda como un tipo muy enérgico y coherente. Entre risas Guidone comenta que “el principal insulto que tenía el Chino era el de chancho burgués”.
Ya desde ese momento, a sus casi dieciocho años, tenía interés por el debate político y confluía en charlas con Oscar y otros compañeros acerca del maoísmo. Una de las frases que llevaba como bandera era: ”Tenés que cambiar interiormente para poder seguir y luchar por los cambios en el exterior”.
En el primer año de cursado comenzó a participar en las asambleas universitarias que organizaba el FEM (Frente de Estudiantes de Medicina), que luego se definió como Tupac, rama estudiantil de Vanguardia Comunista, agrupación de la que «el Chino» formó parte.
Por su manera de debatir, su movilización constante en relación con sus ideales y la forma de organizar las asambleas es recordado como uno de los referentes estudiantiles de la facultad.
Oscar recuerda su compromiso social y las veces que iban al barrio Flores y llevaban galletas dulces para los niños, quienes siempre iban corriendo a recibirlos. Comenta Guidone: “Uno de esos niños comenzó a decirle ‘papá’. El Chino se lo llevó a su casa, y la mamá del Chino lo criaba”.
El día 22 de noviembre de 1975 a las 2.50 fue secuestrado en su vivienda. Cuentan que, mientras se lo llevaban, y como forma de marcar su fortaleza, les cantaba a los milicos la “Internacional”.
Al momento de su captura, «el Chino» tenía 24 años y cursaba cuarto año de Medicina. Fue visto con vida por última vez en la Compañía 8va. de Comunicaciones, y presumiblemente fue muerto en ese lugar. Continúa desaparecido.