Gerardo Jorge Campora

Gerardo Jorge Campora

Esapañol

GERARDO JORGE CAMPORA

Argentina

Colimbas
Desaparecido el 01/05/77

El domingo 1º de mayo de 1977, Gerardo Jorge Cámpora, con sus flamantes 19 años, regresaba de su primer licencia como soldado conscripto. Cumplía el servicio militar obligatorio en la Base Aérea de El Palomar en el Grupo I de Mantenimiento.

Su mamá, Doña Alicia Montaldo de Cámpora recuerda siempre que salió poco después del mediodía comiendo apurado unas empanadas, acompañado por su amigo el Cholo Budassi quien lo llevó hasta la Estación de Trenes de San Nicolás.

Gerardo subió al tren hace 30 años y desde entonces, su familia, sus amigos y compañeros lo buscan. Esa búsqueda se colma de pequeñas relatos que lo reviven con su sonrisa, su camisa arremangada y su bicicleta inseparable.

Por testimonios de algunos conscriptos se supo que esa misma noche lo sacan de la fila (lo mandan al casino de oficiales, allí cumplía funciones de mozo) y nunca más lo vuelven a ver. La versión oficial es que escapó desertando del servicio militar. Un colimba compañero de él testimonia ante la CoNaDeP que un Suboficial dijo algo así como: “se acuerdan de ese que dijimos que desertó…debe estar flotando en el río”.

Pocos días después, a Gerardo lo traen clandestinamente a San Nicolás, según testimonia Pablo Martínez ante la CoNaDep en 1984: “[…]Esa noche nos cargaron en un camión celular de la policía: a él, a mi, a una pareja y a otra chica, aparentemente familiar de la chica de la pareja. A ellos tres los bajaron en lo que creí reconocer como la Comisaría del Barrio SOMISA. A Cámpora y a mí nos llevaron a la Cárcel de San Nicolás. Al llegar al pabellón de los calabozos, nos sacaron los cordones de las zapatillas nos preguntaron los nombres, aparentemente para anotarlos. Uno o dos días después un guardia vino a preguntarme ‘si sabía adonde se lo habían llevado a Cámpora’ y al día siguiente otro me dijo que me iba a pasar lo mismo que a Cámpora que lo habían matado[…]”.

A finales de mayo de ese año, Pablo Martinez y José María Budassi fueron legalizados como detenidos en Junín, luego de permanecer en calidad de desaparecidos. Martinez señala en aquél testimonio de hace más de 20 años que: “[…] fui llevado a la ciudad de Junín. Estando en la comisaría local, aproximadamente veinte días después, en el momento en que me llevaban de un lugar a otro, aparece el comisario Guillermo Mac Namara y me preguntó ‘Sabés el nombre del soldado que le avisó a la familia Cámpora que Gerardo era desertor?’, le conteste que lo ignoraba […]”.

En ese mes de mayo de 1977, el máximo responsable político-militar de la Dictadura en San Nicolás era el Jefe del Área Militar 132, Teniente Coronel Manuel Fernando Saint Amant. Bajo su responsabilidad se secuestró, se torturó, desapareciendo numerosos jóvenes militantes populares. Entre ellos Gerardo Cámpora. Algunos sobrevivieron para contarlo, y para reclamar justicia.

Los compañeros de la secundaria en el Colegio Don Bosco de San Nicolás, recuerdan a Gerardo como un apasionado por la naturaleza. Su primo Daniel comenta que solían salir de caza con el vecino de la familia Cámpora. Heraldo, otro compañero de la promoción, rememora las travesuras de adolescentes en los campamentos que los salesianos organizaban en aquel tiempo.

“Gerardo era más bien callado, solía sentarse en los bancos del fondo del aula. Era un lector incansable, mientras nosotros estudiábamos historia con los manuales, el devoraba los tomos de tapa roja de la Historia Argentina de José María Rosa” dice otro de sus compañeros.

Un amigo de la infancia evoca con lágrimas: “Mi cercanía a Gerardo nunca se fue. Era de esos tipos que te invitaban a estar cerca. En campamentos, caminatas a la salida del colegio, en los recreos. Siempre cerca. Aun hoy, a pesar que veo la quinta desmantelada las raras veces que paso por ahí. Siempre tengo presente el recuerdo de Gerardo y de las tardes ardientes cuando cazábamos lagartijas…”

En 1975, en el último año de la secundaria Gerardo participó en la construcción del Centro de Estudiantes del Colegio Secundario. Con sus amigos promovieron un Cineclub proyectando películas de fuerte contenido social. Algunos de ellos se identificaron políticamente con la U.E.S. (Unión de Estudiantes Secundarios). Para ese entonces, en la Argentina de la Triple A, estos jóvenes fueron señalados como peligrosos por los servicios de inteligencia que operaban en la ciudad. Con sus ilusiones y sueños de pibes ignoraban que tras las sombras “los horribles”, los impunes de hace 30 años acechaban sus vidas.

A finales del año 2006, la familia Cámpora, junto a otros familiares, amigos y militantes de derechos humanos pidieron una audiencia con el Juez Federal Villafuerte Ruzzo. En esa entrevista con el magistrado hubo momentos de onda emoción, especialmente cuando Don Luís y Doña Alicia, los padres de Gerardo pidieron que la causa que investiga a los responsables de la desaparición de su hijo avance con la celeridad que exige tantos años de impunidad.

En este Primero de Mayo, a 30 años que Gerardo subió en aquel tren. Son muchos los que lo tienen presente. Son muchos los que lo quieren mantener vivo recogiendo retazos de su vida. Los que sobrevivieron tienen el mandato de transmitirlo a las nuevas generaciones. Gerardo es como una luz que viene de lejos e ilumina nuestros pasos, por Memoria y Justicia.
Texto original de lo publicado en la contratapa del Diario El Norte de San Nicolás el sábado 28 de Abril de 2007

https://colectivoepprosario.blogspot.com/2012/05/desaparecidos-el-31-de-mayo-de-1976.html

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