Angeles Josefina Gutierrez de Moyano

Angeles Josefina Gutierrez de Moyano

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Ángeles Josefina Gutierrez de Moyano

Argentina

Mendoza

“…Ángeles Josefina Gutiérrez de Moyano, días antes de su desaparición el 20 de abril de 1977, cuando fue secuestrada en el trayecto de las cinco cuadras céntricas entre la florería de su propiedad y su domicilio de calle Espejo, en Ciudad. Francisco la visitó en la florería, le consultó por Pablo Guillermo González, su hermano secuestrado por esos días. Caminaron por plaza España; hablaron de las desapariciones cercanas y masivas, del futuro, “el futuro era muy malo para nosotros, para todos”. “Yo todavía creía que para Angelita no, todavía no, porque era una persona ajena a la violencia, que no la iban a tocar”. A Francisco le llamó la atención que Angelita le dijera que si a ella le sucedía algo cuidara a Gringo -su hijo menor-. También la notó más afectiva que de costumbre, “me abrazaba, me daba besos”. En ese momento el testigo vio pasar por calle 9 de julio un auto pequeño. Desde el interior una persona los miraba, lo reconoció como el mismo que lo había detenido a él, el 22 de septiembre de 1976: “Era un hombre pelirrojo, delgado y alto, con pecas y una cara muy particular, de unos 35 ó 40 años”, y le dice a Angelita que le parecía raro. Ella le restó importancia: “ves visiones, por aquí pasa todo el mundo”. “Lo volvimos a ver al rato, ´será cierto´ dijo Angelita, y la dejé en su casa. No la volví a ver más”, precisó Francisco.

Luego de su desaparición, los hijos de Ángeles comienzan a preguntar y a averiguar. Consultan a un primo, Osvaldo Aizcorbe, que acudió al responsable de seguridad de su empresa -un militar, un agente de la SIDE- y le dijo a Gringo que Ángeles había muerto en un interrogatorio en Córdoba, que le falló el corazón.

Sobre su propia detención, González narró que lo llevaron al D2 -en un auto, acuclillado y con la cabeza abajo y las manos de los represores sobre su espalda. “Sabía que era el D2 porque trabajé durante siete años enfrente del Palacio Policial, en la Oficina de Construcciones del Ministerio de Obras y Servicios Públicos. Considero que sabían perfectamente quién era yo, porque soy yerno del comisario Federico Massa que trabajaba en esa época en la SIDE y también conocía a Francisco Jesús Fiumarelli que trabajaba en Construcciones y luego ingresó a la Policía y al D2. Él comentaba como una aventura que era uno de los golpeadores en el Centro clandestino. Con los compañeros de trabajo notamos cómo iba cambiando de carácter”.

“Mendoza es muy pequeña”, señaló al hacer un último aporte en relación a la participación del médico de la Marina Juan Manuel Velazco Martons -conocido eventual suyo- en el D2: “Lo vi entrar por la puerta de atrás del D2, no una, sino muchas veces”.

 

https://juiciosmendoza.blogspot.com/2012/12/075-m-desapariciones-de-angeles.html

 

http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/listas/mendoza.html

 

briancarlsonartist@gmail.com