Atilio Cesar Martínez Lagrava

Atilio Cesar Martínez Lagrava

Español

Atilio Cesar Martínez Lagrava

Argentino

Colimbas

Desaparecido el 21 de junio de 1977

Tenía 23 años

Atilio nació el 10 de septiembre de 1953. Estudiaba, trabajaba en el kiosco de su madre Mercedes en 4 entre 54 y 55 en La Plata, y estaba haciendo el servicio militar.

El 21 de junio de 1977, después de haber jurado la bandera el día anterior, Atilio y un compañero debieron cubrir servicio de guardia como “retenes”. Aproximadamente a las seis de la tarde, el jefe del servicio, sargento ayudante Hugo Altiere, le ordenó a Atilio cambiarse de salida para llevar un sobre al Regimiento de Infantería 7 de La Plata. Al ex soldado que proporcionó la información le llamó la atención la demora en regresar de su compañero, pero la atribuyó a un posible franco que Altieri le hubiese dado después de cumplida la comisión.

Al día siguiente, Atilio Martínez Lagrava figuraba como ausente sin causa. Su amigo fue a la casa de su madre y así se enteró de que no había estado allí. Fue entonces cuando crecieron sus sospechas de un secuestro preparado, porque el sargento ayudante Altieri nunca cumplía servicio de guardia en virtud de su función de encargado de la División Potencial Humano. vivo en la memoria y el dolor de su madre, que escribió lo que sigue:

Escrito de su madre, Mercedes:

“Sí, juro

“Rememorando una fecha y un acontecimiento clave de un período también clave de la historia de nuestro país, a la vez que la presencia y acción de un gran hombre civil ante una gran acción militar, que legó a su patria algo más que dos símbolos y algunos triunfos bélicos, nuestra agenda patriótica ha señalado el día 20 de junio de todos los años como el “día de la bandera”. La expresión atesora para la Argentina, sus hombres y sus tierras, un retazo vital de su elaborada historia.

“Las normas militares asignaron a la fecha, como bien escogido broche de oro de una alhaja confeccionada con los mejores afanes, la prestación de juramento de lealtad al emblema y a lo que él representa, por parte de los jóvenes que transitan por las filas del Ejército, cumpliendo un período de vida militar que es de rigor. Así, como los anteriores, como los que vendrán, el último 20 de junio mezcló con las tempranas caricias del sol, un nítido, vigoroso y expansivo pronunciamiento brotado de miles de gargantas de soldados, exclamando al unísono ¡Sí, juro!

“El juramento fue largado al viento en voluntaria atadura de miles de destinos al de la patria madre en directa y ardiente promesa de amor a millones de compatriotas, en amante e indestructible desposorio con la tierra nativa, en consciente ofrecimiento de servicio incondicionado al interés de la comunidad nacional y su ‘habitat’ -que eso es la Patria para el hombre incorrupto-, en ofrenda de lo mejor de sí mismo a los hermanos del país natal… Y, en consecuencia, en sagrado propósito de defender de la destrucción los frutos del amor y del trabajo brotados del suelo común.

“Miles, varios miles de soldados volcaron su desbordante pureza y grandeza de sentimientos y de anhelos en ese amante y resuelto ¡Sí, juro! de su “propio 20 de junio”.

“Pero “su propio 20 de junio” no ha sido para todos esos miles de generosos jóvenes que alzaron al cielo su promesa de consagración y sus planes para una vida de servicio a su Argentina el inicio del cumplimiento de la gran promesa del hombre a favor de los hombres, como herederos dignos de un HOMBRE perdurable. No. “Su 20 de junio” fue, para un grupo de nuestros soldados, su último 20 de junio en libertad, en tremenda contradicción con su sentido sublime.

“Con su juramento, valiente y grandioso de amor, del real amor surgido del Evangelio, recibieron el golpe cobarde del odio de unos pocos (dolorosamente compatriotas).

“Mientras juraban de frente, cara al sol y a la humanidad ea o sobre sus espaldas la respuesta inesperada y traidora que los hundió, sin explicación, en el alejamiento del mundo libre y conocido, en cruel incertidumbre, sumiendo en el dolor indescriptible a varios seres más por cada uno de ellos.

“Ellos ofrecieron a Dios y a su patria, en ‘su 20 de junio’, un mundo empeñoso y sus mejores propósitos, que la fuerza física y la mezquindad de unos pocos (compatriotas, dolorosamente) frustró, prepotente, incomprensivamente, brutalmente.

‘Sus nombres y sus semblanzas van grabándose con creciente nitidez en la memoria y el corazón de sus compañeros, de sus amantes familias, de las páginas de la historia, de la humanidad entera. Bastan algunos de ellos para representar, en estas modestas líneas del más emocionado homenaje a esa legión de héroes auténticos, para ese grupo de soldados argentinos que en su “20 de junio” fueron despojados de la libertad, el más preciado don entregado por Dios a sus hijos:

[Sigue una lista de 43 soldados desaparecidos.]

‘Legión de héroes auténticos, sí; seguidores del gigante de Belén, encarnación de la prodigalidad; soldados de la Cruz; sembradores de paz; estad seguros de que, hasta su retorno a la libertad, tras el aborto provocado desde tus espaldas, 365 amaneceres del año, refrescarán, con sus primeras luces y tibieza solar, aquel juramento de servicio y amor inmaculado que llegó al propio cielo en “tu 20 de junio”, en las sílabas de tu “Sí, juro!”.

“Homenaje de Mercedes LAGRAVA DE MARTINEZ ” a su hijo y a todos los demás soldados argentinos desaparecidos bajo la represión militar

Sólo con unas lágrimas pudo cerrarse esta nota. Así ha sido.

Nota de Margarita Lacabe: Atilio fue el único desaparecido que conocí personalmente. Trabajaba en el kiosco de mi barrio en La Plata, lo veía cuando iba a comprar la leche o golosinas. Con el tiempo, mis padres se hicieron amigos de la familia. El recuerdo que tengo de Atilio es muy borroso, no lo reconozco en esta fotografía. Yo tenía ocho años cuando desapareció y no sabía entonces de los desaparecidos, donde estaban, que les hacía. Sí sabía que su mamá lo buscaba por todos lados desesperada, como lo buscó hasta su muerte.

Atilio permanecerá por siempre en mi memoria, acá tendrá la vida que otros le quitaron.

http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/m/martineza/

briancarlsonartist@gmail.com